NUESTRO GRAN HERMANO DE CADA DÍA

Bauman habló de una alternativa al panóptico; un nuevo sistema más sofisticado, llamado sinóptico, no buscaría tanto la disciplina sino el control de los súbditos. El sinóptico habría superado los dispositivos disciplinarios precedentes y ya no generaría grandes deseos a largo plazo, ahora se buscarían breves pero intensos fogonazos de placer marcados por la inmediatez.

Los espectáculos han relevado las antiguas vigilancias, sin perder nada del poder disciplinario de éstas. Por muy paradójico que parezca, hoy la obediencia se busca no por coerción, sino a través de la seducción, apareciendo travestida de libre voluntad.