BITÁCORA DE UN NÁUFRAGO INDIGNADO



Desde una isla casi desierta, un Robinson en el océano de la globalización. Atento/conectado/indignado veo pasar el mundo nada indiferente. Una verbena, un gran guiñol, un despropósito… Mas no puedo huir del sinsentido; estoy enganchado al destino de los demasiado humanos. Estoy condenado a pensar el mundo y verterlo en palabras y lanzarlo al mar en botellas de ceros y unos.



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domingo, 18 de septiembre de 2011

El despertar de los perdedores. Los indignados llegan a Wall Street

En el anterior comentario me fijaba en la cara resplandeciente del American Dream, pero existe, como en todo, un reverso. El Welfare State de Estados Unidos es el menos desarrollado de todos los países occidentales avanzados. La equidad y gratuidad en el acceso a servicios como la educación y la sanidad se sacrifica en aras de la sacrosanta libertad de la Constitución fundacional. El espíritu de los pioneros ha sido secuestrado por los republicanos ultras –ya son mayoría- para mantener los privilegios de un patriciado respaldado por “bientencionados patriotas” (¿hay algo más estúpido que ser pobre y de derechas?).
                                                 
Estos últimos tiempos los cripto-fascistas republicanos adictos a la teína han estado muy activos, omnipresentes en los medios. Parece que los sectores progresistas, aunque más numerosos menos ruidosos, están empezando a desperezarse. El 18 de septiembre hubo un amago de réplica del 15-M madrileño en el emblemático corazón financiero de Nueva York (Occupy Wall Street). Eran apenas 300, pero como en la gesta de Leónidas muy aguerridos y concienciados. Entre ellos estaba Gary Louisa, un neoyorquino de 21 primaveras que no podía pagarse la universidad porque los bancos lo hipotecarían de por vida por un título… Pero el caso de este frustrado universitario no es emblemático por eso, sino por la terrible historia familiar que relata:
"Mi padre trabajó en la Zona Cero como soldador y murió de un cáncer provocado por lo que respiró. Se arruinó pagando las facturas del hospital. Este país no hizo nada por él y no está haciendo nada por mí. Yo tengo que elegir entre comer o ir al dentista, y hace tres años que escojo comer. Estoy en paro pero cuando trabajaba cobraba menos que mi padre hace 20 años. Vamos hacia atrás, no hacia delante. Y la situación es global. La gente corriente está harta de mentiras. Por eso hoy dormiré en Wall Street".

No es un caso único el del héroe del 11-S que acaba desamparado sanitariamente y arruinado. En su documental Sicko el “gamberro” Michael Moore se llevará a Cuba (¡ahí les duele!) a un grupo de loosers –también hay algún héroe de la Zona Cero- para que la sanidad comunista cubra generosamente lo que no les concede la primera potencia mundial, su amado país. No es un caso atípico el del joven Louisa privado del derecho de acceder a la enseñanza superior por falta de fondos… Cualquier intento de imponer una sanidad pública gratuita y universal choca en Estados Unidos con las tremendas presiones de los lobbies de las aseguradoras médicas y de las industrias farmacéuticas. Así frustraron el loable intento de Hilary Clinton durante la presidencia de su marido, así han cargado contra el proyecto descafeinado de Obama. Todo ello en nombre de la libertad de iniciativa, del libre mercado…
La ocupación simbólica del parque Zucotti, próximo a la zona que rige el pulso financiero del planeta, puede ser el principio de un necesario despertar. No se puede estar con los brazos cruzados ante el acoso de los hijos de las tinieblas…, proclama un pasaje de La Biblia, ese libro que tanto citan los degustadores de té.

También en esa parte del Low Manhattan se encuentra un lugar que ha alcanzado cotas insuperables de densidad simbólica. La Zona Cero representa el cambio de milenio, el inicio del fin del Imperio Americano (¿?), la heroicidad anónima, la gran conspiración, la impotencia de la superpotencia ante el nuevo terrorismo, el fracaso de las políticas de Oriente Medio, etc. Una década después del fatídico 11.09, ¿qué ha cambiado en el mundo?, ¿hemos aprendido de nuestros errores? Según René Naba parece que no (http://www.renenaba.com/manhattan-transfer-au-coeur-du-sanctuaire-americain/). Occidente sigue apoyando a las mismas tiranías arábigas, continúa con similares tics neocolonialistas y ligado a la inagotable avaricia de petróleo… Afortunadamente parece que la población árabe está despertando desde la primavera y ya nos ha dado alguna lección de democracia. Nuestros dirigentes occidentales apoyaron a las cleptocracias que han derribado porque sus pueblos estaban incapacitados para vivir democráticamente…. Sin embargo, en nombre de la democracia se invadió Irak y Afganistán… Que venga Groucho Marx a explicarlo…
Del estallido de la crisis vamos para cuatro años, y tampoco parece que hemos aprendido la lección. Eso creen algunos  analistas (http://www.rebelion.org/noticias/economia/2011/9/4-anos-despues-y-las-ramas-no-nos-dejan-ver-el-bosque-135851). Diagnóstico: los mercados imponen su enloquecida, inexplicable ley (ni Groucho lo explica esta vez) que agranda la brecha entre ricos y pobres, pero la naturaleza también está imponiendo su inexorable, apocalíptica ley… Esto se parece cada vez más a una disaster movie.

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