BITÁCORA DE UN NÁUFRAGO INDIGNADO



Desde una isla casi desierta, un Robinson en el océano de la globalización. Atento/conectado/indignado veo pasar el mundo nada indiferente. Una verbena, un gran guiñol, un despropósito… Mas no puedo huir del sinsentido; estoy enganchado al destino de los demasiado humanos. Estoy condenado a pensar el mundo y verterlo en palabras y lanzarlo al mar en botellas de ceros y unos.



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jueves, 6 de septiembre de 2012

DEUTSCHLAND, DEUTSCHLAND ÜBER ALLES!!!

CON MOTIVO DE LAVISITA A LA COLONIA HISPÁNICA DE LA EMPERATRIZ DEL SACRO IMPERIO GERMÁNICO DEL EURO




El Himno de la alegría de Beethoven ha sido sustituido como leitmotiv musical de Europa, por el Deutschlandlied, el himno alemán. La letra "Deutschland, Deutschland über alles!" ("Alemania sobre todas las cosas") se ha impuesto sobre las zarandajas idealistas del célebre compositor romántico. Haydn, aunque era austriaco, representa mejor con su ponderado clasicismo el espíritu de la Nueva Germania. Europa hoy día solo puede ser vista desde la triunfante puerta de Brandeburgo; es más, la princesa de Tiro no fue secuestrada por Zeus convertido en toro, sino por la diosa de la Victoria que guía la cuádriga de la puerta berlinesa. Las tierras entre el Rhin y el Elba han tenido vocación de dominar Europa desde el Sacro Imperio Germánico medieval y lo lograron en los albores de la Edad Moderna a través de sus banqueros, quienes hicieron caja con las quijotadas hispánicas por el Nuevo y Viejo Mundo. Luego vino el Imperio Austro-Hungaro (el alemán era lengua dominante), el impulso prusiano, la unificacion y los dos graves errores bélicos mundializados. La vía militar fue catastrófica, así que el nuevo dominio de la Niké germana se opera ahora desde las finanzas y la industria exportadora. Esto es como el Imperio Romano pero al revés. Mandan hogaño los otrora bárbaros y los esclavos son los habitantes de las riberas del Mare Nostrum. Paradojas de la Historia...

Ya no son necesarias legiones, basta con esa píldora de amordazamiento masivo llamada euro -en realidad un marco con doce estrellas- y toda esa retórica economicista que garantiza que recortando nuestro Estado de Bienestar vamos a encontrar el bienestar futuro. El Sacro Imperio del Euro ha aprendido bien la lección cristiana: hay que sudar sangre para entrar en el Paraíso... Y es que los luteranos del norte lo tienen claro: los mediterráneos nos merecemos esta penitencia después de tanto pecado...; que a quién se le ocurre caer en la tentación que sus bancos nos han tendido en forma de préstamos fáciles y bombeo inagotable de dinero... Con lo que ha hecho la madre Germania por nosotros e incluso algunos malpensados empiezan a creer que todo eso formaba parte de una hoja de ruta bien definida cuyo objetivo es esclavizar por décadas a los manirrotos meridionales con las argollas del Deutsche Bank (metonimia de todos los bancos germanos). Calumnias y habladurías, porque hay que agradecer que desde esos centros berlineses de poder respeten la democracia y los gobiernos electos de las colonias periféricas; suficientemente controladas, eso sí, porque se van a ejecutar siempre los programas y medidas que dictaminen los sabios financieros de la metrópoli. No sea que Italia y España recaigan en sus vicios latinos...

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