BITÁCORA DE UN NÁUFRAGO INDIGNADO



Desde una isla casi desierta, un Robinson en el océano de la globalización. Atento/conectado/indignado veo pasar el mundo nada indiferente. Una verbena, un gran guiñol, un despropósito… Mas no puedo huir del sinsentido; estoy enganchado al destino de los demasiado humanos. Estoy condenado a pensar el mundo y verterlo en palabras y lanzarlo al mar en botellas de ceros y unos.



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viernes, 12 de octubre de 2012

IMPOSTURA DE LA DERECHA Y MISERIA DEL PODER



La derecha española alumbrada durante la Transición tiene un origen viciado: surgió de las sanguinolentas aguas del franquismo. No solo ha venido defendiendo los intereses de las oligarquías económicas que se prolongaron sin cortapisas en el nuevo régimen, sino que tampoco ha roto con esa tradición autoritaria que siempre ha caracterizado a los conservadores hispanos. “Aunque la derecha se vista de seda liberal, autoritaria se queda…”. Y esa es su primera gran impostura. Esperanza Aguirre ha demostrado hasta qué punto ese autoritarismo puede travestirse de liberalismo anglosajón y populismo castizo a la vez (la cuadratura del círculo) A su vez, sus admiradores del “liberalismo” mediático oscilan en su práctica comunicacional entre el neofascismo y el pesebrismo malabarista. En el ámbito anglosajón esta tendencia se llama conservative o free market (neocon en su visión más extrema), pero en España estos señores han secuestrado la bella palabra “liberal” surgida en las cortes gaditanas para vaciarla de su sentido originario. Si Torrijos y tantas víctimas liberales del autoritarismo fernandino levantaran la cabeza y vieran como los nuevos inquisidores advocan la vitola por la que dieron la vida…  La pulsión autoritaria se ha encarnado en el Gobierno de Rajoy -el “progre” Gallardón la abandera ahora- y se ha destapado en la gestión que la Torquemada Cifuentes (su Delegada en Madrid) ha hecho del “asalto” al Congreso de los Diputados 25S. Todas las miserables técnicas de los gobiernos nada democráticos han sido desplegadas, desde las presiones previas hasta los frustrados intentos de criminalización posterior o el colofón de pretender limitar el derecho constitucional de manifestación. Para rematar la operación, la intoxicadora RTVE neofranquista se sumaba a la caverna mediática dominante.
Otra impostura: la derecha española se presenta como partidaria de la iniciativa empresarial, los emprendedores, las PYMES, etc. La política económica actual demuestra que favorecen a las grandes fortunas, a las empresas más capitalizadas y blindan a los bancos, incluso a los que la han pifiado (¿por qué con ellos son tan partidarios de las ayudas públicas y tan renuentes al libre mercado que los dejaría caer?). Los Rajoy’s boys no han implementado ninguna iniciativa para desarrollar la investigación (laminada en los presupuestos), la innovación, el desarrollo, la ciencia, la tecnología… Lo que constituye la levadura de crecimiento con vistas al futuro. En Europa las industrias culturales han crecido recientemente un 2 % más que el resto y aquí se está acabando con ellas por prejuicios ideológicos. No hay duda, el blindaje de la “clase senatorial” -en connivencia con el PSOE- y el servilismo a los planes de los acreedores bancarios germanos (con Merkel como punidora bondage) son sus únicos objetivos. Entre tanto el país deja marchar a la generación más preparada de nuestra Historia y la gente pierde poder adquisitivo, por no hablar de los derechos ciudadanos. El PP no tiene nada de popular (¡la impostura está hasta en el logo!) y mucho de populismo demagógico. El viejo espantajo de la derecha antiilustrada, meapilas, cavernaria y torticera se va desvelando conforme conocemos las medidas de este gobierno “desacomplejado”. La impostura de una “centro derecha laico” que se pretende desde los noventa ha quedado en evidencia: para las ayudas a la Iglesia Católica no hay ni un recorte ni límite de sus evidentes privilegios.
Porque nuestra derecha, con vocación de derechona hogaño, fue tímida, retraída durante buena parte de la Transición y la égida socialista, quizá por su mal curado complejo franquista. Aznar se sacudió ese fardo freudiano adoptando un liberalismo expansivo en la primera legislatura que iría inflando las burbujas que ahora nos han explotado en la cara. Ese presidente, al que le salió la vena autoritaria neocom en su desafortunado segundo mandato, se convirtió en el gran defensor de un orden constitucional que él y su partido de entonces (AP) habían aceptado a regañadientes. Ahora el PP es el gran fundamentalista de ese régimen de la Transición al que ellos han contribuido, con el PSOE,  a corromper y dejar obsoleto. Esa es precisamente otra de las imposturas: erigirse en los defensores a ultranza de la democracia y la Constitución, acusando de “antisistema” a los que proponen reformas para regenerar la democracia.
La eficacia y la solvencia profesional, sobre todo en economía, es un lugar común atribuido a la derecha. El ejecutivo rajoyano está demostrando hasta qué punto esto es un mito. No hay más que revisar los datos macroeconómicos de su gestión para comprobar lo desastrosa que está siendo, sin ideas ni otra hoja de ruta que no sea la ciega sumisión a la desastrosa política de recortes impuesta por la troika. Ese gobierno acorde con los mercados que iba a ser respaldado internacionalmente, está dando muestras de estar en la inopia en la percepción geopolítica. Todavía no se han enterado de que el New York Times ha decidido poner a España como ejemplo de las malas políticas conservadoras en un tiempo electoral donde apuestan por apuntalar la candidatura “rooselvetiana” de Obama. Pero el ingenuo presidente manda al Rey a esa boca del lobo y sale trasquilado… Si hasta el candidato republicano Romney ha puesto a España el primer debate con Obama de lo que no quiere hacer…Tampoco se han enterado de cómo la Señora Merkel utiliza a Rajoy como escudo para que los españoles le lancen los dardos que, en buena lid, deberían ir dirigidos a ella como máxima responsable de nuestros desastres. Así pues, el Gobierno se ha encontrado con demoledoras crónicas de España al otro lado del Atlántico, a las que también ha contribuido la represión desmedida e injustificada del 25S. Todo ello ha colocado la “marca España” en la senda de la vieja leyenda negra. Y eso también contabiliza en los inveterados mercados…
Y por último, la impostura de la sinceridad (el leitmotiv de Rajoy en su oposición a ZP), que ya quedó desmontada en los episodios mendaces de la Guerra de Irak, Prestige y 15M y que se repite en esta legislatura de la mano de la manipulación más grosera: el Gobierno actual ha hecho del eufemismo una de sus señas de identidad. Cada día hay más ejemplos. Después de tanta crítica, no crean que soy partidario de la extinción de una derecha auténticamente liberal que promueva valores de iniciativa, eficacia, excelencia… compaginados con un sentido ilustrado y tolerante. Es un contrapunto necesario a ciertas derivas “funcionariales” de nuestra izquierda… Pero ese centroderecha me es difícil encontrarla en la Península ibérica, incluyendo las que se envuelven en banderas para disimular su esqueleto reaccionario…
No soporto las imposturas. No soportaba la fachada progre de ZP que ocultaba su connivencia con los poderes financieros y las fuerzas fácticas de siempre, por eso me exilié en una bella isla tropical de cuyo nombre no quiero acordarme... Creo en la democracia de ciudadanos conscientes y participativos, pero también creo que el Poder, con una mayúscula que apela a  su energía negativa, hace difícilmente viable ese ideal. Ante eso solo queda la rebelión de los ciudadanos libres, como la lucha del G28, cuyo rastro podréis seguir en www.plot28.com.

                       Jaime Miñana, filósofo      www.ruinasdelnaufragio.com  @jaimeminana



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